No soy una persona muy dada a darme a conocer ni me gusta demasiado salir en medios pero ante la situación que vivimos me veo en la necesidad de expresar, por este medio, lo que pienso
Estamos ante un desafío de magnitud mundial y, ¿qué es lo que nos falta? Antes de que empezara la situación del Coronavirus en España, ya vimos a China y vimos también Italia, ahora nos toca a nosotros, los españoles, vivir lo que estamos viviendo y deberíamos preguntarnos si la presión que ejerce el hombre sobre el planeta Tierra, tendrá algo que ver con la aparición de nuevas enfermedades.
La de-forestación aumenta, los gases de efecto invernadero también, entre ellos se ha comprobado un claro aumento del CO2 en la atmósfera, a nivel mundial. Está claro que ejercemos, cada vez más, una presión, muy grande, sobre la madre Tierra, sobre la creación. La consecuencia, veamos si para responder a esto podemos fijarnos en otros casos
En la naturaleza los animales herbívoros comen plantas, sin embargo, para aumentar el crecimiento y engorde de los animales, a los piensos artificiales se les añadió harina de hueso de origen animal, es decir, algo que en la naturaleza, por sí sola, no había hecho, lo hizo el hombre. Consecuencia, la aparición de la enfermedad de las vacas locas, hace unos años.
Actualmente nos encontramos con una nueva enfermedad, el Coronavirus, que amenaza la economía mundial pero ese NO es el gran problema, lo es su capacidad de hacernos daño, no sólo físico, también psicológico, tenemos miedo a enfermar, a no poder respirar, a fallecer. Nos preocupa que nuestros seres queridos puedan enfermar e incluso morir o nosotros mismos. Hay países que han tomado medidas antes que otros pero no tenemos conciencia ni para permanecer en nuestras casas, hablo de los que han tratado de irse a sus segundas residencias, incluso habiendo sido prohibido, o salir a realizar cualquier otra actividad de las no permitidas.
No se si es que nadie lo ha pensado o si es que no queremos pensarlo. Puede que esta maldita enfermedad sea fruto, de manera indirecta, de la acción del hombre. No dejamos de presionar a la naturaleza, de esquilmar recursos naturales y presionar a los seres vivos que van perdiendo sus hábitats naturales. ¿Podría darse el caso de que nuevas enfermedades, que antes apenas nos llegaban o que incluso no existieran, nos lleguen con la virulencia con la que lo está haciendo el propio Coronavirus?
No soy un experto en enfermedades, he escrito mi propio libro de calidad del aire por interés propio, porque he visto demasiadas personas fallecer en mi familia por el dichoso y maldito cáncer. Cuando estudias y ves la importancia de la calidad del aire, de encontrar un equilibrio entre el entorno y nosotros mismos, es cuando realmente tomas conciencia de PLANETA, de que lo que pasa en China, Perú, Sudáfrica o Noruega o cualquier otra parte del mundo, para bien o para mal, también debe preocuparte.
No deja de ser significativo que el Coronavirus naciera en China, nos dicen que por comer murciélagos. Desde luego dudo mucho que la culpa de la aparición de esta enfermedad la tengan las personas por comer ya que puede que ese animal sea un recurso natural que pueden haber tenido por generaciones, como nosotros el pollo o el conejo. Deberíamos reflexionar si esta pandemia puede haber surgido como consecuencia de presionar a los seres vivos y que acabe esto revelándose contra nosotros mismos.
Imaginemos, ESTO ES TOTALMENTE FICTICIO. En China o en cualquier otra parte del mundo, los murciélagos comen insectos, resulta que, para protección de la agricultura, se fumigan grandes campos de arroz o de maíz. Como consecuencia, los insectos disminuyen en gran número y los murciélagos se ven con muchos menos recursos. A consecuencia de esto, empiezan a enfermar, a morir, e incluso, imaginemos, que llegan al canibalismo o a comer ratas. El ser humano se alimenta de estos animales, como ha hecho durante cientos de años y como consecuencia surge un nuevo virus que afecta a la población mundial. Esto, que es totalmente inventado y ficticio, debería hacernos ver que para que realmente este mundo sea sostenible, la presión que ejercemos sobre la naturaleza debe disminuir y que lo que ocurre en cualquier parte del mundo debe preocuparnos ya que las consecuencias de eso puede que lo paguemos entre todos. Si realmente queremos vivir en un mundo sostenible, donde podamos tener recursos, que tienen límites, donde el abuso de la naturaleza y el poder puede tener consecuencias graves, nos lleva a cambiar nuestro pensamiento sobre lo que somos, parte del planeta y no sus dueños.
Es cierto que es importante la economía, ahora mismo la PRIORIDAD ABSOLUTA es salvar vidas y luchar contra el Coronavirus, pero, una vez superada esta primera oleada, deberíamos reflexionar sobre lo que somos, el papel que jugamos en nuestro entorno y que deberíamos empezar a tomar conciencia sobre PLANETA. Esta enfermedad no deja de ser un hecho histórico, que, desgraciadamente, nos puede llegar incluso a costar la vida a cualquiera de nosotros. Generar un desequilibrio se paga caro, en este caso muy caro. Deberemos aprender a vivir, quien sabe si con mascarillas uno o dos años una vez pase esta primera oleada hasta que encuentren un medicamento que realmente sea eficaz contra la enfermedad.
Debemos empezar a tomar conciencia de Planeta, de formar parte de él y que no somos sus dueños, que el dinero NO lo puede todo, gente con mucho dinero ha muerto por el Coronavirus al igual que otras muchas personas que no tenían tanto, desgraciadamente ha sido así. Con esto queda probado que el dinero NO puede ser nuestro único motor a nivel mundial, hemos llegado a un punto donde todo es global, incluso las enfermedades, lo cual significa que tendremos que aprender a cambiar de paradigma y concienciarnos que debemos aprender y cambiar nuestra conciencia social a nivel mundial, un hecho sin precedentes, que marcará un antes y un después del paso de esta pandemia llamada Coronavirus.
Como bien decía el bueno y gran Mario Osorio, arquitecto peruano al que tuve el honor de conocer, todo está en equilibrio, romper ese equilibrio hasta alcanzar otro puede ser muy peligroso. Es hora de tomar conciencia y de cambiar. Ojalá esto pase pronto y que nos sirva para aprender, sobretodo para mejorar.
Lo que nos falta es conciencia de Planeta aunque hay grandes esperanzas. He visto en la tele como un policía cantaba e incluso bailaba para animar a las personas confinadas en sus casas, he visto cantar “Hola Don Pepito, Hola Don José”, entre todos los balcones de un vecindario para animar a los niños que están en casa, jugar al bingo entre vecinos, tenores cantar (de maravilla), para amenizar la estancia y permanencia en sus hogares a todos los que pudieran oírle. He visto aplaudir todos los días, entre otros yo mismo, a los equipos sanitarios, a los cuerpos de seguridad del estado e incluso al ejército por lo que hacen, protegernos, incluso dos soldados, uno bien alto, llevar la compra a una señora mayor que regresaba a su casa. Eso es ESPERANZA de que podemos superar esta enfermedad y que, pese a que el hombre sea capaz de actos de extrema crueldad, también lo es de todo lo contrario. Si somos capaces de compasión, bondad, ternura y amistad, de amor al fin y al cabo, seremos capaces de superar esta enfermedad y de tomar conciencia de Planeta.
Esta es una primera advertencia, muy seria. Ojalá y nos concienciemos y lleguemos a entender lo bello que es vivir y lo grandioso que es nuestro planeta, sin necesidad de exterminarlo puesto que su fin implica automáticamente el nuestro